martes, 19 de enero de 2021

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN

 




FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN

 

 

Y aquí estoy de nuevo, sentado, sin teclear una sola palabra, frente a la computadora, sin lograr hilvanar mis pensamientos en una redacción jurídicamente lógica. Pierdo con mucha facilidad la concentración.

 

Recuerdo su andar, por los pasillos del edificio. Su debilidad visual para ver a la distancia e identificar a quien tiene al frente. Aun así, se resiste a usar sus lentes. Pero que importa, se siente bien cada que la veo venir.

 

Para colmo de males, en uno de esos escapes mentales, le di click a una página de internet, sobre un tema sin importancia, de la cual ya no me acuerdo, el problema es que ésta me llevó a otra, y otra, y otra; hora y media perdida. Qué difícil es pensar y escribir.

 

En alguna ocasión dijo -Usted sabe que lo quiero mucho. ¿Cómo debo entender eso?, “Usted” más allá de la tercera persona plural del pronombre personal, es una loza, que de ninguna manera me hace pensar que “me quiere mucho”, como yo esperaría que fuera.

 

Tomo el Código Penal, leo el artículo que me interesa. Tomo mi libreta, anoto algo, generalmente ilegible, parece ser algún tipo de dibujo o línea que une algún otro signo, igualmente inentendible. Tomo el libro Introducción al estudio del derecho de Eduardo García Maynez, recuerdo que fue mi libro de cabecera en el primer año de la carrera, me hace sentir bien. Diez minutos más y sin lograr una palabra.

 

Cuando escucho su nombre siento que quisiera estar con ella. Tomo el celular y le envió mensajes por WhatsApp, pasan minutos, una hora, dos, tres, medio día, el día completo y por fin, leyó el mensaje. Y volvemos a empezar, pasan minutos, una hora, dos, tres, medio día, el día completo y responde: -Ok, que bonito.

 

¿Qué tiene que ver la fuerza de voluntad?, ¿Qué carajo tiene que ver el enfoque?, ¿Premisa mayor y premisa menor? Su relación entre ambas, la identificación de la tesis jurídica y la aproximación a su antítesis. No tiene nada que ver, simplemente no me puedo concentrar. Ni una sola idea en la cabeza, no sé qué escribir.

  

Decidido, motivado, cargado de amor propio, indestructible, voy a buscarte. Hoy es el día, por fin voy a hablar, lo tengo preparado, casi de memoria, nada me detiene.

Te anuncio mi presencia con misterio, toco la división de tablaroca de tu isla; donde deberías de estar, a esta hora, en este día, en este momento.

 

Definitivamente, no es mi día, en un mundo paralelo, mis pensamientos vuelan hacia ella. No me dejan concentrar. Fundamentación, la necesito. Motivación, su sonrisa. 

 

Hoy, como muchos otros días no es mi día. En lugar de perder el tiempo, debería dedicarlo a trabajar en lo que realmente importa, redactar el escrito que mañana debo presentar en el juzgado.


sábado, 16 de enero de 2021

LA SOMBRA DE LA PÉRGOLA

 


LA SOMBRA DE LA PERGOLA


Con la mirada perdida en una de las amplias losas de concreto, tendidas a la sombra de la pérgola en el parque del pueblo, un hombre joven, absorto en sus pensamientos suspira levemente, a pesar de controlar un mensaje facial de que todo se encuentra bien, el arqueo de sus cejas denotan aflicción, balbucea sonidos inentendibles.

-¿Qué haces?

- Suspiro.

-¿Por qué?, o ¿Por quién?

-No lo sé.

-¿Cómo está eso, suspiras y no sabes por qué o por quién?

-Mmm, bueno si lo sé.

-¿Entonces?

-Es que, no sé.

-Me preocupas, algo te pasa, y no sabes qué es.

-Sí –responde- No dejo de pensar en alguien.

-¡Vamos!, ¿estás enamorado?

-Aún no lo sé.

-Eso sí es preocupante. 

-Creo que sí.

-¿Se trata de una Mujer?

-Sí.

-Wow. Nunca antes te había visto así.

-Sí, ni yo me había sentido así.

-¿Cómo se llama?

-No lo sé.

-Carajo, ¿Cómo no vas a saber el nombre de la mujer por quién estas así?

-Se llama Sofía.

-No te entiendo.

-Ni yo me entiendo.

-Estas grave.

-Sí lo sé.

-¿La amas?

-No lo sé. Apenas y la conozco.

-¿Entonces?

-Me siento atraído por ella.

-A bueno, ya empezamos bien. Y ella, ¿sabe de ti?

-Sí.

-¿Ya le dijiste que la amas?

-Yo no he dicho eso.

-¿Qué?, no te entiendo.

-Yo tampoco.

-¿Cómo puede gustarte una mujer sin que la ames?

-Precisamente, ese es el detalle, solo la he visto en unas cuantas ocasiones, pero nunca nos hemos tratado, no la conozco. Sé que es una mujer bonita, pero no sé más, ni ella sabe más de mí. Por tanto, no sé sí estoy enamorado o solo me agrada verle.

-buen punto. ¿Pero por qué suspiras?

-No lo sé. Solo sé que quiero verla.

-¿Por qué?

-No lo sé.

-¿Solo para verle?

-No.

-¿Entonces?

-Quisiera hablarle.

-¿Nunca le has hablado?

-No.

-¡Que bruto!

-Sí, creo que sí.

-¿Qué le quieres decir?

-No lo sé.

-¿Qué?-Ya entre el enfado y la mofa, le responde- No te entiendo.

-Ni yo mismo me entiendo. Solo sé que quiero verla, hablarle, decirle que…

-Decirle ¿Quéee?...

-No, nada.

-Con un carajo, ¿quieres ser claro? –Ahora sí, ya molesto su interlocutor sube el tono de la voz para inquirirlo- Me están enfadando.

-Discúlpame.

-Haber, vamos otra vez, dime, exactamente ¿Qué quieres de ella?

Tomándose su tiempo responde –Solo hablar con ella.

-Bien, ese es un buen comienzo.

-Y, ¿Ya sabes sobre qué vas a platicar con ella?

-La verdad, no.

Llevándose las manos a la cabeza, hasta que escurrieran por su cara, su interlocutor le recrimina –Pues si que eres burro, ¿Cómo quieres hablar con ella y no tienes tema de conversación?

-Siento que no es necesario llevar un tema preparado para platicar con ella. El tema por sí solo llegará cuando esté junto a ella.

-Ok, me has ganado. Pero hace un momento estabas seguro que le querías decir algo, si la tuvieras aquí enfrente, ¿Qué le dirías?

-No sé.

-¡Me lleva el tren!, ¡solo dime lo que le dirías!

-Que me agrada verle.

-Sí, así se hace. Solo cuando la veas, díselo, ¿va?

-Sí.

-Haber dime, ¿Qué le vas a decir?

-No sé.

-Auch. Otra vez, con una tostada. Tú no aprendes. Solo dile que lo que sientes, dile que te agrada verle y ya. –ahora si ya consternado- vuelvo a preguntar ¿Qué le vas a decir?

El joven hombre, no pudo responder, una hermosa chica, de tez morena, cabello chino, alta, con un cuerpo joven y hermoso, aprovechando que se encontraba solo y cabizbajo, sonriendo le toma por la espalda cubriendo sus ojos con ambas manos y le pregunta. -¿Quién soy?

Él, no pudo responder.


Y NO PODRE DETENERTE

 



TRIVIAL


 

PARA ESCRIBIRTE

 


DESNUDA

Desnuda on line

 






AVISOS CLASIFICADOS


 

Pretensión

Quiero besos. Quiero abrazos. Quiero caricias.   Quiero rozar con mis labios tus mejillas. Quiero estremecer cada uno de tus sen...